La noche en que me cruce con sus ojos en la oscuridad,
la noche en que besé sus labios con suavidad,
la noche en que yo le saqué a bailar,
esa noche en la que le cogí de la mano y le dije ven con mis ojos...
me acerqué a su cuerpo en el que posé mis brazos, me acerqué a su cuello, me aferré a él y me dejé llevar... sólo él, la musica y yo...
sólo unos minutos en los que el mundo se habría parado para los dos...
sólo unos minutos y luego el tiempo comenzaría a escaparse entre los dedos como siempre entre tu y yo.
Suave, muy suave, esos fueron sus labios en mi boca....
dulce, muy dulce, el sabor de su piel ...
Me inundaste de ti y de tu esencia,
me rozaste con tus palabras erizando con cada sílaba la piel de mi corazón,
me llenaste de sensaciones nuevas y reencontradas.
Tu presencia, tu alma y tu deseo me tomaron en brazos y yo me acurruqué en tu regazo y me dejé llevar por el despertar de millones de poros que me llamaban a ser parte tuya en esa noche.
Las horas, los minutos, los segundos desaparecen y no vuelven a aparecer,
son sensaciones preciosas que se atesoran en mis vivencias y permiten.....
que aún en la distancia,al recordarlas, mi cuerpo aún se conmueba al estar aún muy presente el contacto de un susurro tuyo en mi memoria.
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me hace recordar sentidos y momentos encontrados de los que perduran y conllevan al goze en toda su intensidad
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