miércoles, 2 de diciembre de 2009

PRIMERAS NIEVES

El olor a madera quemada en cocinas de carbón, en chimeneas, en calefacciones estaba en el ambiente, me trajo a la memoria pensamientos de la niñez, a mi abuela en la cocina, castañas en la chapa....y nieve, inviernos con mucha nieve en mi infancia....esa sería la bella sorpresa del día...
El camino que nos encontramos estaba cubierto por una bella alfombra de hojas que el otoño se había encargado de sembrar por los rincones, los primeros copos aparecían y empezaban a cubrir lento, pero seguro, sí, el paisaje se estaba convirtiendo en una postal que a ningun@ de los allí presentes nos resultó indiferente.
El contraste del otoño con las primeras nieves es algo tan bello... el rojo, los ocres resaltan con más brillo, hacen que los caminos que recorremos sean aún más bellos...
La rueda de atrás patinaba en las subidas, no quería traccionar, las primeras cuestas me tira abajo y recordé los buenos consejos, calma, pedaleo redondo, firme pero suave....al final comencé a dominar la rueda de atrás, cada palo, cada piedra pasaban y me veía subir sin problemas....
Los senderos angostos, las cotollas convertidas en fuertes centinelas que no te dejaban pasar al otro lado, los múltiples riachuelos que saltamos, que pasamos, que incluso alguno se atrevió a zambullir y por fin....bici al hombro, no fueron muchos momentos pero....intenté tirar del bíceps, no apoyar en la espalda pero al final....llegó el dolor, un dolor que se instaló y convivió luego todo mi camino...
El lugar en que el grupo se dividió en dos (el frío de los 2000m pudo con algunos)marcó muchas dudas en mi cabeza, seguir, no...pero yo no suelo abandonar, no me gusta, es un punto en que mi cabeza se rebela, no quiere estar condicionada por el sufrimiento y piensa... o revienta o muero...., no es ser ni mejor, ni peor ...es una forma de reacción que aún me sorprende en mi...( así me va jajaja )... decidí continuar y hoy aún con las secuelas del día de ayer no me arrepiento...fue lo mejor de la ruta...
Es inconfundible el ruido de la nieve virgen al pasar por encima....cierra los ojos y recuerda el sonido de dejar una huella visible en tu entorno....la belleza del blanco, su brillo, la paz que trasmite, sonido de soledad buscada, de inmensidad....
La nieve polvo bailaba con la ventisca que se había levantado y el espectáculo era hipnótico, la fuerza con la que golpeaba en la piel hacía daño, pero sentir ese millón de agujas no nos importaba, a nuestro lado, vigilantes, una manada de rebecos galopaban sorprendidos de ver vida humana y a mi alrededor no paraba de escuchar voces entusiastas....yo callada observaba y seguía buscando en mi interior, yo ya había estado allí en otro momento, con otro paisaje....que diferente parece todo cuando aparece el blanco....

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